sábado, 28 de diciembre de 2013

Dulzura

¿Alguna vez habéis visto algo que os haya impactado?
¿Alguna vez habéis sentido verdadero miedo?
¿Alguna vez habéis imaginado como sería infundir ese miedo?

Yo sí. Y aunque sea solo fruto de mi locura, de mi imaginación desbordada después de consumir, es gratificante.



"Una sala, todas las luces apagadas menos un foco iluminando el centro, solo seis personas, tres adultos, dos niños y él. Todo esta en silencio exceptuando por las agitadas respiraciones de los presentes y es normal, yo también estaría nerviosa si me tuviesen atada, amordazada y con una capucha en la cabeza. Llega un punto en que las ataduras empiezan a escocer, de que el miedo empieza a corroer cada parte de tu cuerpo, el sudor te empapa haciendo sentir un frío que cala hasta los huesos y que nadie hable pero notar que estas rodeado de gente tiene que volverte loco de desesperación".

Esto sería si yo fuese quien estuviese atada, pero mi situación es totalmente la contraria. Yo me encuentro en un sillón, cómoda, tranquila con mi osito de peluche en mi regazo, notando el frío y dulce acero entre mis manos, contemplando la escena, sonriente.

"Él, detrás mía, como una gran titiritero negro que manejases sus hilos, disfrutando de la escena que va a suceder. Susurrando en mi oído. Haciéndome sonreír de placer con cada palabra que sale de su boca, negra, podrida y llena de gusanos. Mi cuerpo ya no es mío, es de mi ira, de mi odio, de mi rencor, de mi locura, de mis miedos , son ellos los que me hacen levantarme, despacio, saboreando cada segundo, cada paso que doy hasta llegar al centro de la sala".

"Una sala, todas las luces apagadas menos un foco iluminando el centro, solo seis personas, tres adultos, dos niños y él. Todo esta en silencio exceptuando por las agitadas respiraciones de los presentes y es normal, yo también estaría nerviosa si me tuviesen atada, amordazada y con una capucha en la cabeza".

-Ohh parece que un nuevo amigo se ha apuntado a la fiesta y viene con mas compañía...  .-Una voz dulce y melodiosa sale de mi boca. Es la hermosa voz de una niña de nueve años. -¿Queréis conocer a mis amigos?

"Los cuerpos amordazados al oír una voz en mucho tiempo se sobresaltaron, unos se quedaron muy rígidos y otros lloraron, yo seguía sonriendo."

-Venga, venga, no lloréis, no os va a pasar nada. Estoy aquí para ayudaros ¿verdad que sí?

"Uno de ellos se acerca arrastrándose, el odio estalla. Sin pensarlo le propino una patada en la cara quitándole la capucha. Es un hombre adulto, se le nota que esta entrado en años debido a las canas en su pelo y las facciones de su rostro. Esta llorando a moco tendido. Me mira y le sostengo la mirada, una mirada vacía, verde y sonriente. Sus ojos prenden de de confusión y de odio al descubrir quien era su captor, al ver que no era mas que una niña pequeña su confianza le llevo a actuar solo como un idiota. Todo ocurrió muy rápido. Intento darme una patada pero yo lo sabía, solo me hacía falta dar un paso atrás y clavar el cuchillo es tu tobillo".

-Ohhh ¿Creías que podías hacer algo para salvarte de una niña? ¿Te crees muy superior por ser un adulto? Venga juguemos ¿cara o cruz?

"No dejaba de sonreír en todo momento mientras tinta roja manchaba mi cara al ritmo de uno-dos, uno-dos, hundiendo cada vez mas el cuchillo, disfrutando de sus miradas apagadas. Mientras lo hacía solo una cosa pasaba por mi mente: mantequilla".

No hay comentarios:

Publicar un comentario