jueves, 20 de marzo de 2014

La ciudad iluminada en fuego.

Existe en un lugar del mundo una ciudad tan hermosa y tan deslumbrante que no necesita iluminación. Su color blanco resalta mas que el mismo Sol, sus habitantes siempre estaban felices, su hermosa ciudad era la envidia de todos los pueblos cercanos. Muchos de ellos habian intentado conquistarla, pero no conseguían pasar de las puertas de oro, diamante y hueso.

Orgullosos de su magestuosidad mandaron eregir un monumento, tan grande e impresionante como la propia ciudad. Muchos arquitectos, herreros, carpinteros, decoradores y demás se pasaron meses intentando encontrar la forma de crear ese monumento ha la ciudad y a sus habitantes. Tras unos largos meses de trabajo lo lograron. Crearon un objeto tan maravilloso que ni se imaginaban que llegaría a ser tan nefasto.

Una cosa que debo decir de este pueblo, es que la codicia y el egoismo son una de sus tres máximas. Eso es algo a tener en cuenta, ya que el objeto creado fue un diamante tan grande que ni cinco hombres podrían rodearlo, era de color verde y todo aquel que lo miraba se quedaba hechizado por su magestuosidad y aparente perfección, pero aun así era una creación del hombre, era imperfecto a los ojos de sus creadores, le faltaba esencia, le faltaba el reclamo, todos los pueblos deberían contemplar y admirarlo, sucumbir al deseo irrefrenable de poseerlo. De ese modo volvieron a reunirse para pensar en que podían hacer para crear otro objeto que sirviese de reclamo.

Con el uso de una magia antigua y olvidada fabricaron una campana de cristal que con su tañido todo aquel que lo escuchase se vería obligado a acudir a la llamada, pero su poder era demasiado grande, por ese motivo decidieron que sólo se debía hacer sonar una vez cada año.
Tras ponerla sobre el gran diamante, su maravillosidad era aun mas grande. Reflejos verde esmeralda teñian el centro de la ciudad dando un aura extraña.

Para conmemorar la finalización del "monumento" hicieron sonar la campana tres veces, tres tañidos insonoros, tres tañidos magicos que traerían la destrucción a la ciudad mas hermosa del planeta. Fuego, odio y destrucción fue el legado que dejo esa campana mortal, un reclamo para dragones, señores del cielo y la tierra, destructores de reinos, codiciosos e inteligentes.
Pero siempre, en toda historia hay algo que no cuadra, si hay algún entendido en dragones, podrá saber que estos de vez encuando logran un "milagro" mas halla de las leyes físicas o mágicas. Y es que del diamante nació una criatura pura, inocente y llena de vida, incomprensible para el mundo, del diamante nació una niña, una niña pequeña.

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